Devocional 3 de Diciembre 2018

CRISTO ENCARNADO


COLOSENSES 2:2-3: "...Hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento".

ROMANOS 8:29: "Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos".

2ª CORINTIOS 5:19: "Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación".

Muchas veces preguntamos y nos preguntan acerca de este misterio, ¿Por qué el Hijo se hizo carne? La respuesta es solo una por amor del Padre hacia la humanidad. ¿Para qué el Verbo encarnó? Y la respuesta es por lo menos doble; para llevar a cabo la obra redentora pero también traernos Revelación.

Permítanme recurrir a una simple y quizá conocida historia: Un padre con su hijito van por un camino y descubren una fila de hormigas; tras ellos un animal grande que va pisando muy fuerte, el niño comienza a gritar "hormiguitas, córranse que las van a pisar" el padre le dice, hijo, ni te escuchan ni te entienden, deberías ser como ellas para que les digas y ellas se corran. El Padre lo hizo, su Hijo amado encarnó como nosotros para que le oyéramos, le entendiéramos y comprendiéramos su mensaje; es decir nos Revelara acerca de:

• Acercarnos a Dios, que el velo de nuestro entendimiento fuera corrido para que Él pudiera revelarse a nosotros. Se hizo hombre desde bebé para mostrarnos a Dios. Lucas 1:31, 2:7. Pablo en sus cartas y específicamente en Colosenses 2:2-3 explica que todas las riquezas del pleno entendimiento (Revelación) de Dios, están en su Hijo Jesucristo.

• Una de las grandes pérdidas con el pecado original es la de la imagen de Dios en el hombre. La buena nueva es que por el misterio de la encarnación Cristo la restaura y ahora somos transformados a su imagen. Romanos 8:29.

• El pecado como gran impedimento para acercarnos a Dios, como óbice para la reconciliación es ahora quitado, borrado, perdonado. Cristo por su obra expiatoria nos ofrece la reconciliación con el Padre y con los demás. Restablece la comunicación rota, ahora tenemos acceso directo cuando decidimos que Él sea nuestro Señor y Dios, confesamos nuestros pecados y vivimos de acuerdo a nuestra profesión de fe. 2ª Corintios 5:19.

REFLEXIÓN:
Apropiémonos del regalo completo de la redención; reconozcamos la grandeza de la encarnación del Señor Jesucristo y seamos consecuentes con su amor y sacrificio.


Escrito por:
Myriam González de Bohórquez
Docente y Tutora del IBPS

Lo expresado en los "Devocionales" representa la opinión de los escritores y no necesariamente de los directivos.