EL MISTERIO DE LA PIEDAD

La Escritura habla de muchos misterios que son revelados a través de una relación directa con Cristo. Mateo 13:11. En el texto de referencia Pablo escribe acerca del misterio, o secreto revelado cuyo propósito es producir vidas piadosas, es decir transformadas, porque se evidencia la restauración de la imagen de Dios en el hombre.

NOTA: Se cree que éste versículo es citado por Pablo y hace parte de un himno de adoración.

Seis enunciados describen al Señor Jesucristo como el único medio para que el misterio de la piedad sea manifiesto. La piedad entendida como el resultado de una vida convertida cuyo fruto es el producido por el Espíritu Santo. La otra connotación de piedad corresponde a la misericordia que suscita el dolor ajeno y que debe producir obras de fe en acción.

1. Dios fue manifestado en carne: La segunda persona de la Trinidad encarnó para cumplir el ministerio de la reconciliación, que luego nos fue encomendado.

2. Justificado en el Espíritu: Hace referencia a la vindicación que hace el Espíritu Santo cuando Cristo Jesús es exaltado en la resurrección y ascensión. Anunciado por el mismo Señor Juan 16:10, 14.

3. Visto por los ángeles: Alude al mismo contexto de la resurrección y ascensión. Mateo 28:2-7, Hechos 1:10-11.

4. Predicado a los gentiles: Pablo mismo puede dar fe de ésta manifestación; él ha sido comisionado por el Señor para predicar al mundo gentil y ¡sí que lo ha hecho!

5. Creído en el mundo: Como resultado de la predicación a los judíos primeramente y luego a los gentiles (todos los demás) Ya Pablo puede dar parte de logro alcanzado; la propagación del Evangelio de Cristo no se hizo esperar, ya había sido creído por el mundo, entendido este, como hombres, mujeres, ricos, pobres, aristócratas, plebeyos, gobernantes, amos, esclavos y todo el espectro social del momento.

6. Recibido arriba en gloria: El escenario es la ascensión del Señor ante quienes le acompañaban. Lucas 24:50, Hechos 1:2, 9-11.

REFLEXIÓN:
Solamente Cristo produce y revela en nosotros una verdadera piedad; su sacrificio abre la puerta a la regeneración y al obrar por amor a Él.